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Matahambre: weblog de Ramón Brizuela Roque

Alibech en La Penitencia

Alibech en La Penitencia

 

El infierno de Alibech es una de las más picantes narraciones del Decamerón de Giovanni Bocaccio, pero esta vez no nos situaremos en la Italia de la peste, aquella enfermedad de la que todavía se cuentan historias, el escenario nuestro tampoco ni siquiera es el sitio del infierno...

Lo que contaremos se desarrolla en La Penitencia, lugar alejado, pero no olvidado, al fondo del valle Dos Hermanas, en el corazón de Viñales, donde son gigantes las malangas y las jutías nos miran desde los mogotes, recelosas, por las malas intenciones de los humanos.

ALIBECH

Aunque el personaje tiene igual nombre al del cuento italiano, lo paradisíaco del lugar y el propósito cambian totalmente el sentido, porque hablaremos de revolución y de recuperación.

Con sus 22 años y la guitarra terciada nos da la “imagen femenina de la guajira natural”, que le hicimos saber a modo de jarana, aunque nada más alejado de eso, porque el mundo de Alibech García Yumar no es el de la música, sino el de la enseñanza y la solidaridad.

Explicar esto requiere paciencia, así que vayamos por partes: ella es fruto de la primera graduación de instructores de arte y aunque vive en el Cuajaní, con sus padres Raúl y Magalys, y sus hermanas Araí y Arlety, en el momento de la entrevista la encontramos en la CPA República de Chile, donde tiene el grupo musical Jaruco son, formado por jóvenes de esta zona.

Su labor fundamental es instructora de música en la secundaria básica urbana Antonio Guiteras, de Viñales, donde tiene más de 400 alumnos, aunque eso no es invalidante para que en sus ratos libres se deleite con la guitarra o el piano, al que también le roba melodías.

El mundo de las cuerdas también le permite hacer política, porque en sus creaciones no sólo hay composiciones de amor, sino otras como Un caguairán que florece, dedicada a Fidel.

LA DELEGADA

Sin embargo, en nuestra visita –aclaramos– no buscábamos ni a la maestra, ni a la instructora, ni a la compositora… nuestro empeño era entrevistar a la delegada.

Hace algo más de 12 meses las responsabilidades del Poder Popular en la zona estaban a cargo de Raúl García, quien durante 13 años jamás incumplió con sus electores, pero ya necesitaba un respiro y quién mejor que su hija para heredar el cargo.

Y si decimos heredar lo hacemos en sentido figurado, porque Alibech se ganó la nominación por su seriedad y entrega al trabajo, algo que han corroborado los vecinos en los momentos de la recuperación.

Los 107 electores de la circunscripción siete del consejo popular El Moncada no vacilaron en darle su voto, por eso ella guarda una deuda de gratitud que paga en cada jornada con extremo celo.

41 DE 44

Imagínense como será la tarea de la delegada Alibech que de 44 casas en el barrio se le afectaron 41, de estas 22 derrumbes totales.

Pues los vecinos junto a ella han enfrentado la recuperación con dignidad. ¿Cómo? De los 10 derrumbes totales de techo gestionó los materiales para los primeros cuatro, los casos de mayores dificultades por tener enfermos, niños o ancianos.

“No podemos pretender –dice– que nos lo den todo a nosotros, si hay tantos con problemas. De todas formas, cada caso se va a resolver”. Bueno, el secreto de cómo convencer a tanta gente no lo sé, pero ella lo logra.
“Mire periodista, aunque soy joven los electores confían en mí, me gusta ayudar y no me siento presionada, puedo hacer mi trabajo”.

Quizás ese sea el secreto, pienso yo.

Esta muchacha es un ejemplo de que nuestros jóvenes son responsables y pueden cumplir cualquier misión, no importa cuán difícil sea, si los más adultos los ayudan y confían.

 

 

 

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