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Matahambre: weblog de Ramón Brizuela Roque

Licho, la sonrisa del optimismo

Licho, la sonrisa del optimismo

Es una sonrisa limpia, amplia, sincera; nunca buscó publicidad, ni siquiera para sus bellos pájaros, pero oculta en su casa y en su persona hay una historia que muchas deben conocer y el Día de Lucha Mundial contra el Cáncer de Mama es el más indicado.

Cada 30 segundos se detecta cáncer de mama en alguna mujer y por año suman un millón trescientos ochenta mil nuevos casos en el mundo, certifica la Organización Mundial de la Salud.

El ser humano es fuerte, no todo está perdido, el hallazgo a tiempo permite el diagnóstico precoz y esa es la mejor medicina.

Elizabeth Chávez León, llamada Licho en su barrio, el "Carlos Manuel", es una mujer de 49 años de mucha fortaleza, que comparte su hogar con Julio Antonio Pino Gil, el esposo y Yeleni, su hija, de 25 años.

La historia es corta, de solo 12 años, cuando almorzaba en familia una molestia le hizo palparse el seno y reveló dolor, en él se escondía un nódulo de 1,25 miligramos.

Con la preocupación propia de quien se siente enfermo acudió al médico, la biopsia con aguja fina (BAF) mostró un tumor grado uno, el destino era el quirófano, la fecha decidida el 30 de septiembre de 2002.

De acuerdo con los avances de la ciencia, el cáncer de mama detectado a tiempo es curable y si traemos esta aleccionadora historia es para que todas las mujeres, las enfermas o no, sepan que no todo está perdido, siempre hay motivos para volver a empezar.

EL AÑO DE LOS PAJARITOS

"Realmente no he sido una persona saludable, en mi cuerpo tengo 12 operaciones, la noticia de la neoplasia significó mucho, incluso antes de los exámenes estaba convencida, pienso que todo el que tiene un cáncer debe sentir algo, como una cosa que no es de él, que a su organismo no le pertenece.

"La quimioterapia fue un proceso duro, duro, duro; la radioterapia un poco más soportable, pero si pones tu mente en otra cosa, lo pasas mejor. Hice mi tratamiento y lo terminé el 23 de febrero de 2003 y el 27 de marzo me tuve que operar la mama nuevamente, porque hice un fibroadenoma.

"En el año de mi quimioterapia me consagré completamente a cuidar mis pájaros, yo crío canarios, pertenezco a la Asociación Ornitológica de Cuba y me dedico a canarios de forma y postura y ese año logré 300 pajaritos.

"Me incorporé al club de operadas de mama. Fui una paciente afortunada en algunas cosas, en otras no; yo no tuve la suerte ni la posibilidad de tomar citostáticos orales, porque cuando me hicieron el examen de los estrógenos confirmaron que no los tenía.

"Al no poder ingerir ese medicamento oral podía tener una recaída antes de los cinco años, y la tuve. Pasé de un tumor de grado uno en la mama a un carcinoma ductal infiltrante.

"A los cuatro años y medio, hice una metástasis en la columna vertebral y estuve otro año con tratamiento de quimioterapia. Eso me costó ocho meses primero con un yeso que pesaba 12 libras y otros ocho con un corsé que cuando me lo retiraron prácticamente no sabía caminar.

"A la primera semana me bañaba mi hija, mi esposo o una vecina... una semana nada más, porque comencé a bañarme sola. Preparé las condiciones y me lo hacía todo. Tengo hermanas, una familia maravillosa gracias a Dios, pero nunca quise que ellos sufrieran mi dolor, yo solo les daba la participación que quería que tuvieran, no más.

NO ERA EL MOMENTO DE MORIR

"Estuve 27 noches sin dormir, una noche vomité y vomité, todo lo expulsaba: una vez de madrugada esperé que mi mamá, mi esposo y mi niña se durmieran, porque los cuartos están arriba, y bajé y a las cuatro de la mañana yo decía, hoy me muero, hoy no puedo.

"Fui a la cocina, puse la olla y me hice un caldo, comencé a tomar cucharaditas; me hice un té también a cucharaditas. Tenía que salir a las seis de la mañana para el Oncológico a darme radiaciones. Eso fue a las cuatro, a las cinco me bañé, me vestí y fui, esa noche no se me olvidará jamás, pensé que iba a morirme... y estoy aquí, feliz y contenta.

"Cuando tuve la recaída mi familia se puso muy mal y dije cuando venían llorando a donde estaba: ´Yo no me voy a morir, todavía no voy a morir... será en otro momento´.

"Han pasado siete años de la recaída, me siento bien, bien. No tengo limitaciones para nada. Me cuido, mi comida la hago yo, como lo que deseo, hago todo el trabajo que puedo, pero no camino mucho porque siento que cuando lo hago, pierdo el equilibrio de los pies. No es que me impida caminar, pero me siento insegura.

"Hoy día hago quizás lo que no haría una persona sana. Yo trabajo posiblemente más que alguien con buena salud. Siempre estoy en algo, trabajaba la peluquería, disfruto la cocina, los quehaceres de la casa, todo lo que me mantenga ocupada en cosas útiles, nunca he dejado de hacer nada por estar enferma.

"Cuando funcionaba el club de operadas de mama la tarea que me di fue la de ayudar a otras mujeres con la enfermedad, de visitarlas. Tenía una amiga que desgraciadamente ya falleció. Ella había ido cuatro veces a hacerse la quimioterapia y no podía, siempre tenía hipertensión y un día me senté con ella.

"En su cama le pregunté, ¿qué te pasa? Me respondió, no me puedo poner los sueros porque me sube la presión. Comenzamos a conversar y me dijo que los hijos la bañaban, y le dije: ¿por qué le das ese dolor a tus hijos?

"Ella era una persona negativa, siempre llorando. Yo no le aconsejo a nadie llorar, le aconsejo no pensar en nada, ocupar la mente solo en cosas positivas. El que tiene cáncer tiene que hacerse la idea de que va a salir adelante".

SER FELIZ, EL CAMINO DEL ÉXITO

"Mi consejo a cualquier mujer que se vea envuelta en esto, es que mantenga ocupada su mente, que nunca pierda el deseo de vivir. Ahora no tengo tratamiento médico, mi medicina es el trabajo, reírle a la vida, disfrutarla cada día, levantarme en las mañanas y tener un porqué, mi familia es lo más importante, lucho por ella, nunca salí a la calle sin pintarme un poquito, sin ponerme un gorrito cuando no tenía pelo, porque el que me viera fea sufría y el que me quiere sufre más... el que no me quiere se alegra, nunca salí a la calle desaliñada.

"Debes poner en el periódico que a la persona que le diagnostiquen cáncer no debe pensar que el mundo se acabó, que piense en vivir, la vida es un regalo, cortico, y hay que aprovecharlo; el momento triste apártenlo, sean felices... Siempre hay por qué vivir, sea por un hijo, por una madre, por el esposo, por la casa, siempre existe ese porqué".

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