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Matahambre: weblog de Ramón Brizuela Roque

Beatriz y Dante

Beatriz y Dante

Él tiene SIDA, ella no, a eso le llaman una pareja serodiscordante y nada ni nadie puede prohibirles amarse.

Dante y Beatriz tienen todo el derecho del mundo a amarse, aunque sus nombres son supuestos y los tomamos de la literatura universal, porque lógicamente los verdaderos protagonistas, por razones obvias, no se iban a someter al escrutinio popular.

El tema del SIDA está lleno de mitos, tabúes e interrogantes, a pesar de la prolija información que existe, y junto a ese saber también están los intolerantes de siempre, apostados para atacar.

En el Día de los Enamorados no pudo ser, pero para los amantes siempre hay un rincón en el escenario periodístico, máxime cuando sus enseñanzas pueden ayudar a otros.
A los protagonistas les llamaremos Dante y Beatriz, las situaciones aquí explicadas son reales, pero no trate de indagar las verdaderas identidades, hicimos todo lo posible para evitarlo.

Él
Es un joven trabajador de un sector X, su complexión física, rostro y juventud lo hacen apetecible a las muchachas. Un día equivocado probó la miel en panal ajeno... lamentablemente estaba muy contaminado.

Una ligera preocupación lo llevó al médico de su barrio; después de unos minutos de conversación el galeno no titubeo en indicarle exámenes clínicos y entre ellos estaba el más temido para Dante: el test del VIH.

Pasaron los días, luego las semanas, pero la suerte estaba echada, ya el resultado aguardaba por la confirmación pertinente: seropositivo.

Junto a la noticia vino el natural derrumbe: no comer, no salir, no querer hablar con nadie, molesto consigo mismo, lamentaciones por su irresponsabilidad... hasta que un amigo., ni psicólogo ni médico, solo armado con las enseñanzas de la vida, le mostró un nuevo camino.

"Enfrentar con el mismo valor con que había actuado hasta ese momento y con una modificación en su conducta: más responsable y sincero con los demás."

Para suerte suya la epidemia del SIDA en el país ha sido asimilada, pasaron aquellos momentos iníciales de desaprobación y rechazo; hay condiciones para no tener problemas en el trabajo, mejor dicho, no le vinieron con el cuento de que no debía hacer esto o aquello, para "conservarle su salud", tampoco le ofrecieron alejarlo del resto para que "estuviera más tranquilo". Sencillamente, él sigue siendo el mismo, aunque tenga la enfermedad.

Se acogió al programa médico correspondiente, recibe tratamiento con antirretrovirales, cumple con sus exámenes clínicos y sabe lo caro que le está costando al país: cada año los compuestos recombinantes valen 5000 dólares y los análisis de inmunología otros 200, sin incluir los demás complementarios que exigen el seguimiento.

En todo este tiempo se ha documentado mucho y en la entrevista me facilitó mucha información, sobre sus deberes como ciudadano, la plenitud de sus derechos y el respeto que la sociedad debe deberle.

Tras esta larga presentación hay una bella historia.

Ella
A ella la llamaremos Beatriz - muy joven, pero con título profesional- y algunos dirán... "Beatriz la loca", por lo que les voy a revelar: Es pareja de Dante y no tiene SIDA.

Se preguntarán cómo es posible. Hice las averiguaciones necesarias con especialistas de Salud y me mostraron un folleto donde dice: "Se estima que una mujer cuya pareja es seropositiva, el riesgo de adquirir la infección de una relación no protegida se sitúa entre el 0,1 por ciento y el 0,2 por ciento."

Beatriz y Dante no son locos, jamás se les ocurriría hacer el amor sin condón, aparte de ser muy exigentes en su higiene personal. Ellos han apostado todo el amor, no al suicidio.

El momento más difícil para él fue cuando tuvo que decirle la verdad. Su amor empezó a distancia, se enamoraron delirantemente y sabía que en algún momento irían a la cama, pero no decirlo y contagiarla podía traerle problemas con la ley. Se lo jugó todo a una carta, la preparó psicológicamente y aún sabiendo que podría perderla le contó.

Beatriz no es una niña, tiene los pies sobre la tierra y una extraordinaria fe de que un día podrá leer sobre la aparición de una vacuna o algún medicamento que cure el SIDA y definitivamente salve a Dante.

También está muy documentada, las autoridades sanitarias del municipio pinareño los tratan como de la familia. Ella me decía que un paciente con SIDA si se reinfesta por relaciones desprotegidas, puede ser víctima de cepas del virus más agresivas, y pueden llevarlo a la muerte rápidamente.

Sobre lo que dicen las personas la tiene sin cuidado. Si se dedica a poner el oído a los comentarios del barrio o de su trabajo tiene dos opciones: se vuelve loca o se separa de Dante. Si se separa de Dante, duda de que él vuelva a la normalidad, porque le ha dado seguridad y placer, él sinceramente había perdido las esperanzas.

Llegarle a ambos no fue fácil, mientras otros se negaron a hablar para el periódico -algo comprensible- ellos confiaron en el licenciado Maykel García, un funcionario del programa del SIDA, y en el periódico que quería hacer pública su historia, para que la gente vea que cuando hay RESPONSABILIDAD todo es posible.

Indudablemente las personas responsables pueden contribuir mucho a evitar la propagación de la epidemia, cuando la realidad es que en Cuba y en Pinar del Río su tendencia es al aumento.

Incluso, más que un deber es una obligación ética para cualquiera comunicar su condición de seropositivo cuando va a recibir atención de un médico o paramédico, aunque no existe una norma jurídica para esa actuación.

En Cuba la vía de trasmisión que va quedando son las relaciones sexuales, porque existen medidas para evitar las infecciones por hemoderivados y otras, pero tenemos que recodar los fluidos corporales potencialmente riesgosos, como la sangre en primer lugar, seguida por semen, secreción vaginal, leche materna, líquidos céfalo raquídeo, sinovial, pleural, amniótico, peritoneal, pericárdico y cualquier otro contaminado con sangre

 

Por qué Beatriz y Dante
Beatriz, proveniente del vocablo latino "beata", también es un símbolo: identifica a la salvación cristiana. Dante Alighieri vio por primera vez a Beatriz Portinari cuando ambos tenían nueve años. Desde ese día toda su vida literaria (incluida su obra maestra: La divina comedia) giró en torno a Beatriz, a pesar de que la vio pocas veces, ambos se casaron con personas diferentes, y ella murió a los 24 años de edad.

Dante Alighieri (Florencia, nació el 29 de mayo de 1265 - murió Rávena, 14 de septiembre de 1321) fue un poeta italiano. Su obra maestra, La Divina Comedia, es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista. Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal.

Ellos no tuvieron SIDA, pero sí una gran pasión, la que siempre nace del amor. 

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