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Matahambre: weblog de Ramón Brizuela Roque

Ramadán en Vueltabajo

Ramadán en Vueltabajo

El Ramadán comenzó hace una semana, es el noveno mes del calendario Lunar árabe, que en estos momentos se encuentra en el año 1433 de la Hégira, (comprendido del 21 de julio al 19 de agosto de 2012) y durante esos días observan un riguroso ayuno los creyentes musulmanes.

Lo traemos a nuestras páginas no por simple curiosidad, sino porque entre el medio millón de pinareños, hay un pequeño grupo que cumple rigurosamente con él, mientras convive, estudia y trabaja en los esfuerzos de una provincia mejor.

El doctor Mohamed Zawy Zreiby, se autodenomina un pinareño nacido en el desierto de Sahara, y representa a la unión de estudiantes del Saguia, El Hamra y Río de Oro, en Pinar del Río. Por lo interesante del tema decidimos reproducir una plática con el joven saharaui.

“Nos encontramos en Pinar del Rio alrededor de 100 estudiantes musulmanes, la mitad de ellos son de mi país la República Saharaui Democrática, también existe otros musulmanes que no son árabes, me refiero a los de África Subsahariana, además hay un número mínimo de estudiantes de Yemen y de Mauritania dispersos en distintas universidades.

“El viernes 20 comenzó para nosotros el Ramadán, un mes sagrado, en que los musulmanes por nuestra fe desarrollamos un ayuno diario desde el alba hasta la puesta del sol.

“Antes de que salga el sol preparamos algo de alimento y tomamos agua abundante, porque viene un día difícil y no podremos comer ni beber hasta casi después de las 8 y 20 de la noche. Tenemos obligaciones, hay que trabajar, hay que estudiar y no hay justificación para no hacerlo. “

Y usted lector, se preguntará, por qué el ayuno, a lo que Mohamed responde: “ Nuestro Profeta Mahoma (Muhammad) en época antiquísima, al pasar por la ciudad de Medina, La Meca, vio que había muchos pobres en las calles y entonces, entonces se plasmó en nuestro libro sagrado El Corán, la obligatoriedad para todos los mayores de 18 años, que tengan capacidad para practicar el Ramadán, que una vez se debe igualar tanto al rico como al pobre en pasar necesidad de alimentarse, para que haya un equilibrio y todos seamos iguales.

“Es un mes de reflexión, de oración, de fe, de unificación de las familias, de dedicarnos a Dios; el momento en que el musulmán debe buscar a otro musulmán y pedirle perdón por sus ofensas, hacer las paces con quien no las tenga, buscar a otros para atraerlos a nuestra religión; es un mes sagrado para nosotros, porque reúne todo lo bueno y la familia esté en paz. Contrariamente a lo que quieren demostrar algunos países occidentales.

“Cuando termina el Ramadán es obligación de los que tienen mucho donar una parte a quienes no tienen, puede ser monetario o en cosas”.

El ayuno de Ramadán (ṣawm en árabe) empieza con la aparición de la luna a finales del sha'ban (octavo mes en el calendario lunar islámico) que es 11 días más corto que en el calendario solar, por lo que sus fechas no coinciden con las del gregoriano de uso occidental.

Los pilares del ayuno en el Islam, en ramadán como en otros meses, son tener presente la intención en la mente y en el corazón antes del "fajr" (inicio del tiempo de la primera oración del día) y puede ser dicha diariamente, o por todo el mes desde su inicio; tomar algo antes del salat, aunque solo sea un vaso de agua (sunna) y algo antes de la oración del anochecer, justo después de la puesta del sol; asegurar la abstinencia de todo aquello que rompa el ayuno (bebida, comida o relaciones carnales, los cambios de ánimo exagerados) desde el alba hasta la puesta del sol y buscar un estado de paz que promueva el estado de conciencia divina.

Lógicamente están exceptuadas embarazadas, las puérperas, mujeres menstruando, los niños pequeños, los débiles, los ancianos de muy avanzada edad, los enfermos e incluso cuando se está de viaje, pero en ese caso se pagará una compensación, aunque existen condiciones y normativas en todos los casos.

El ayuno es una gran escuela de disciplina y doctrinas, tanto espirituales como morales, pues no se limita a la abstinencia de comer o beber solamente, sino de todo lo que sea mala palabra, mal acto o mal pensamiento. El ayunante debería ser indulgente en caso de ser insultado o agredido por alguien, debiendo evitar todas las obscenidades.

Mohamed nos recuerda que “el musulmán siempre tiene que ser generoso, pero lo es más en el mes de Ramadán”.

Hay cosas permitidas como bañarse, ducharse, nadar y sumergirse en el agua con la condición de que no se trague nada por la boca o por la nariz. Enjuagarse la boca con agua o aspirar el agua por la nariz durante las abluciones y volver a echarlo hacia fuera, con la finalidad de limpiar la boca y las fosas nasales. El uso de colonias o perfumes. Comer, beber y tener relaciones sexuales en el tiempo que media después de la puesta del sol hasta el momento de la abstinencia, el amanecer que marca el nuevo día.

Los que violen el estado de ayuno pagarán el kaffárah, una especie de multa, y la violación podría ser por comer, beber o tener relaciones sexuales, durante la abstinencia, la masturbación, vomitar intencionadamente o realizar cualquier acto, consciente de sus consecuencias invalidantes.

Todas estas medidas han ido atemperándose por las necesidades de la modernidad, al tal punto que Consejo Nacional Islámico Fatwa de Malasia ha redactó la primera guía para musulmanes en el espacio.

El documento de 18 páginas titulado "Guía para el Desarrollo de Ritos Islámicos (Ibadah) en la Estación Espacial Internacional", detalla temas como la manera debida de orar en un ambiente de ingravidez, cómo orientarse hacia La Meca desde la Estación Espacial Internacional, cómo determinar los tiempos de oración y temas sobre el ayuno. La guía se ha traducido al árabe, inglés, ruso y francés.

Y para terminar el joven saharaui complementa: “Los rezos para nosotros son obligatorios cinco veces todos los días, como mínimo, aunque no haya Ramadán: comienzan en el alba, con el Fajr, luego el Duhur, el Azr, el Megrib y el Achá, ya en la noche.

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