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Leonardo Padura Fuentes: un ciudadano de Mantilla

Leonardo Padura Fuentes: un ciudadano de Mantilla

Por Mónica Brizuela Chirino  

Fotos Daylina Escobar (estudiantes de Periodismo)

El autor de “El hombre que amaba los perros”, también ama a su terruño y siente innata pasión por la literatura, con la siempre condición de decir lo que siente cada vez que lo entrevistan. Por eso Padura, que no rehúye los desafíos, nos dedicó más de hora y media a desentrañar algunas interrogantes.

"El hombre…" es una visión de la historia y estancia en Cuba de Ramón Mercader, el asesino del revolucionario ruso León Trostky.

El marco fue la presentación del libro; el escenario, la casa Hermanos Loynaz en Pinar del Río; el auditorio, un puñado de amigos.

Sobre la película que se está filmando actualmente en Cuba, en la cual es guionista, qué me puede comentar?

Es una película que son siete historias de 15 minutos cada una, dirigida por seis directores, un cubano y seis  extranjeros de excelencia, y yo he tenido alguna participación en los guiones.

En cuanto al guión ¿Tiene qué ver con la actualidad?

Son siete historias, yo soy el responsable de tres de ellas que escribí con mi esposa Lucía, y estas tres tienen bastante que ver con la realidad. Una cuenta lo que le sucede a un actor norteamericano que en su primer día en la Habana tiene una serie de experiencias  en la ciudad que lo cambian como persona, esta es la dirigida por Benicio del Toro.

Otro segmento, que dirige Juan Carlos Tabío,  es el de una doctora en Psicología que hace dulces para poder vivir.

Y la de Julio Medem, versada  en un triángulo amoroso entre una pareja de cubanos y una extranjera; Medem es un director español nacido en San Sebastián 1958,  con obras como  Habitación en Roma (2010),  Lucía y el sexo (2001), Los amantes del círculo polar (1998), La ardilla roja
(1993).

En el proyecto participan también, el francés Laurent Cantet, los argentinos Pablo Trapero y Gaspar Noé y el palestino Elia Suleiman.

¿Cuánto tiene usted de Mario Conde?

Mucho, mucho, a pesar de que es un personaje de ficción y yo una persona real, pero Mario Conde es un personaje con el cual me liga no solamente una relación literaria, sino una relación generacional muy importante.

Mario Conde ha sido en buena medida la vía a través de la cual yo he expresado todas mis preocupaciones, mis nociones, mis conceptos, mis angustias, sobre lo que ha sido la vida en Cuba en estos años.

Con respecto a su detective, ¿Cómo pretende retomarlo: tendrá la personalidad de Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño?  

No siempre las personas son iguales, las personas evolucionan, Jorge Fuentes, fue pelotero, manager y ahora es directivo del beisbol, no fue muy bueno, pero fue pelotero – sonríe- ,  las personas pueden tener evoluciones en la vida, nos hemos acostumbrado a un inmovilismo, creo que es un fenómeno que ha caracterizado a la sociedad cubana contemporánea y hoy en día se está produciendo y se va a necesitar que se produzca un reciclaje de muchísimas personas en muchas actividades. Por lo tanto, que Mario Conde no sea policía no significa que haya muerto. Y si no ha muerto tiene que seguir ganándose la vida con alternativas de supervivencia, como tantísima gente en Cuba: por eso Mario Conde va a seguir en las novelas.

Se cumplen 50 años del discurso “Palabras a los intelectuales”,  de Fidel Castro, qué significa este documento para usted y su generación.

Estamos en un momento cultural muy diferente al contexto donde se pronunciaron las palabras a los intelectuales: la sociedad cubana ha evolucionado,  la literatura cubana ha evolucionado, el mundo ha evolucionado y tenemos hoy una perspectiva diferente de las cosas, cuyas coyunturas son distintas. Creo que hay que asumirlo como un documento histórico que fue importante en su contexto y también asumir una contemporaneidad y las exigencias de ella en este mundo que estamos viviendo con un pensamiento dialéctico y evolucionado.

Con respecto a los cambios que están ocurriendo en el sistema económico del país, ¿qué piensa usted como intelectual?

 Pienso que es un proceso de suma importancia, un proceso absolutamente decisivo para lo que está pasando en Cuba y para lo que va a pasar dentro de muy poco. No dejo de tener preocupaciones de  cómo va a afectar las vidas cotidianas de tantísimas personas, pero creo que es un proceso necesario porque algo era evidente y es que el modelo económico cubano se había estancado en un punto en el que prácticamente no funcionaba.

No funcionaba la agricultura  ni la industria y otras tantísimas cosas; era necesaria una revisión de ese modelo económico, lo cual también implica que es necesaria una revisión del modelo social, porque no puede cambiar la economía sin llevar determinadas modificaciones  a la estructura social de un contexto como el cubano.

¿Cómo cree que se está comportando el periodismo en Cuba?

… creo que se necesita una renovación muy grande en los conceptos de la prensa, desde quitar trabas burocráticas, ser más creativos, más reflexivos, de tener perspectivas críticas, porque se ha conformado una sociedad de personas que piensen y hay que darles un periodismo que contribuya…

Hace poco recibió la ciudadanía española ¿esto significa renunciar a ser cubano?

No sé quién pueda decir eso, que yo sea ciudadano español por una concesión especial que hace el gobierno español por mis méritos artísticos, creo que debería ser un honor para la literatura y la sociedad cubanas en general como lo es para mí, porque es un reconocimiento a mi trabajo, a lo que ha sido una proyección internacional de mi trabajo.

De todas maneras, como dije en una entrevista que se me hizo hace poco por el periódico español El País, sigo siendo fundamentalmente un ciudadano de Mantilla.

Indudablemente Leonardo Padura Fuentes, una gloria de las letras cubanas contemporáneas,  ha enaltecido a su barrio Mantilla, de donde se catapultó al mundo después de un tránsito académico por el preuniversitario de la Víbora y la Universidad de La Habana –en la que hizo su licenciatura en Literatura Latinoamericana- y el fogueo periodístico en el Caimán Barbudo y Juventud Rebelde. Más tarde irrumpió en el escenario nacional e internacional como ensayista, escritor de guiones audiovisuales y novelista.

 

1 comentario

habaneando -

pues es verdad que un cubano siempre es cubano hasta su fin no digo que sea su fin pero su tierra natal puede ser la mejor o la peor pero siempre queda clavada dentro
del alma